viernes, 29 de noviembre de 2013

La Marcha del Proyecto.


En la primera entrada que publiqué en mi Blog confesé mi poca amistad con las tecnologías. Nunca tuve mucha afinidad dada la paciencia que se requiere en múltiples ocasiones, y la poca fiabilidad que muestran en otras tantas. Que si esto no carga, que si se ha borrado el archivo, que si el .pdf no se abre... y un sin fin.

Menos mal, que en las TIC hemos visto algo diferente. No me refiero a que los problemas antes mencionados hayan desaparecido completamente, pero sin duda todo parece -y efectivamente, lo es- más sencillo. 


Nunca hubiera imaginado que existen tantas herramientas enfocadas a la educación, o si bien no han sido creadas para métodos de educación, si que pueden aplicarse en este ámbito. 


Se abre un amplio abanico de posibilidades a la hora de afrontar la enseñanza en una clase. Con todo esto se puede cambiar y mejorar mucho a la hora de enseñar. No significa tampoco que se haya de recurrir a estas herramientas de forma sistemática, pero si que se han de explorar para ver en qué pueden superar a métodos tradicionales y en qué no pueden. Y sin duda podrán en variados casos.


Aunque, verdad verdadera, la educación siempre irá por detrás de la sociedad. Actualmente, un 38% de los niños de entre 0 a 2 años maneja un aparato tecnológico tipo tablet, smartphone, etc. Seguramente con 6 o 7 años ya controlen más estos aparatos que nosotros, así que me pregunto hasta qué punto les sorprenderá el uso de las TIC. Pero hay que intentarlo. Renovarse o morir.





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